¿Podría la humanidad vivir sin lluvia?


Juzgamos a menudo que la lluvia es una molestia, porque impide o interrumpe muchos de nuestros entretenimientos, y por eso querríamos alejarla para siempre del lugar en que residimos; pero si siguiera nuestro consejo, tendríamos muy pronto que mudar de domicilio en busca de ella.

A primera vista parecería lo mejor que lloviese siempre de noche, porque es precisamente cuando más beneficio hace y cuando a menos personas molesta; pero ya caiga en días festivos, ya de noche, mientras dormimos tranquilamente en nuestro lecho, la lluvia siempre es necesaria. Sus buenos efectos consisten en que penetra en la tierra y es absorbida por las raíces de las plantas, que la han menester para vivir. Si no hubiera lluvia, sólo en el mar sería posible la vida. En las regiones donde la lluvia no existe, no existe tampoco la vida; y en aquellas otras regiones donde la lluvia escasea o sólo cae en ciertas estaciones del año, se la aguarda y desea, y hasta se elevan plegarias al Cielo para que la envíe en tiempo y cantidad convenientes.

Debemos ver, por consiguiente, en la lluvia un agente que limpia y purifica el aire, nutre la vida vegetal, de la que depende la nuestra, y nos suministra el agua que necesitamos durante todo el año, en las regiones donde llueve lo suficiente.