¿Por qué podemos ver a través de un cristal y no a través de las sustancias que lo componen?


Conviene observar, ante todo, que no es preciso que el vidrio sea transparente, como todos sabemos; y estamos acostumbrados a ver que, bajo la forma de vidrio para piso o solería, es tan sólo translúcido, porque deja pasar la luz, pero desparramándola en tal forma, que no es posible ver los objetos que la reflejan o emiten. Mas, aun así, la diferencia que hay entre ese vidrio y las sustancias que lo forman, tales como la arena, es inmensa. La respuesta a esta pregunta es que la transparencia u opacidad de los cuerpos depende de la manera como están dispuestas sus moléculas.

Otras muchas sustancias, además del vidrio, toman al fundirse una forma vidriosa; y en ellas las moléculas se hallan colocadas unas al lado de otras, de modo tan regular, que permiten que la luz pase por ellas. Todo cristal intercepta alguna luz, como nos lo demuestra el hecho de que las lentes de unos quevedos arrojen sobre el papel blanco una sombra ligeramente verdosa; lo cual nos indica que el cristal no tiene el mismo grado de transparencia para los diversos rayos de luz, y esto depende de la situación relativa de todas sus moléculas.
El cristal no arde cuando se lo calienta, ni tampoco la arena de que se hace; porque, estando esta sustancia quemada ya por completo, no puede arder nuevamente.