¿Por qué hablan los loros y no hablan los demás pájaros?


No es del todo cierto que no se pueda enseñar a hablar a otra clase de pájaros, pero, evidentemente, algunos pueden aprender y otros no. La pregunta está, pues, muy bien formulada al inquirir qué es lo que constituye la diferencia expresada. Muchos creen que la forma en que el ave escucha es la causa principal de que aprenda pronto o nunca; porque si no se oye bien lo que otro dice no es posible imitar los sonidos que emite. Pero lo que más ayuda a un loro a hablar es la forma y gran movilidad de su lengua, que le permite articular palabras, como nosotros.

Es asimismo creíble que estos pájaros tengan un cerebro que les ayude a distinguir mejor los sonidos. El hablar es realmente una función propia del cerebro, mucho más que de los dientes, de la lengua y de los labios. Pero importa comprender bien lo que es en realidad el lenguaje del loro, y entre ese lenguaje y las primeras palabras que pronuncia un niño al paso que aprende, aunque no hable tan claro como el loro, existe una diferencia inmensa que ahora explicaremos.

Cuando el niño habla, lo que dice significa algo, aunque a veces no nos sea posible entenderlo. El loro no sabe nunca lo que dice, porque nunca comprende el significado de las palabras que oye. El loro se asemeja a la prodigiosa máquina llamada fonógrafo: si se le habla repetirá las mismas palabras que se le quedaron impresas, sin comprender nada de lo que dice, El habla del loro, aunque demuestra inteligencia en cierto sentido, es menos racional que la forma en que los insectos se comunican sus necesidades.