¿De dónde saca el caracol los materiales para fabricar su concha?


El caracol forma la concha de su propia piel. Lo mismo podemos decir de la ostra y de la langosta. Nuestra piel también elabora ciertas sustancias duras, como, por ejemplo, las uñas; y lo más duro que tenemos en el cuerpo, que son los dientes, mucho más consistentes que las conchas de los caracoles, se forma en realidad de nuestra piel, que, como si dijéramos, se ha trocado en piezas dentales dentro de nuestra boca, para permitir la trituración de los alimentos. Hay, en verdad, pocas cosas tan admirables como la manera en que algunos delicados seres vivientes, formados en su mayor parte de agua, pueden construir las materias más resistentes, por ejemplo, dientes, uñas, conchas y perlas. El secreto de todo esto está en las transformaciones que sufren en el organismo las sustancias de que se apropia el animal al alimentarse. Una parte de ellas le sirve para nutrirse y para conservar energía, pero hay sustancias que, transformadas en diversas sales, son exudadas por ciertas células y pasan a constituir un esqueleto, o un caparazón, o una concha, como sucede en el caracol y en todos los moluscos.