¿Qué se hace del agua cuando hierve durante mucho tiempo?


Si seguimos hirviendo el agua, continuará convirtiéndose en vapor hasta que el recipiente que la contenía quede seco. En circunstancias ordinarias el agua empieza a hervir cuando alcanza cierta temperatura, o grado de calor, 100CC, que recibe el nombre de punto de ebullición, y no es posible que adquiera una temperatura superior mientras conserve su estado líquido, por mucho calor que se le aplique. Lograremos únicamente que se convierta en gas, hasta evaporarse toda, pero no conseguiremos desde luego, en adelante, aumentar su temperatura un solo grado.

Hemos dicho “en circunstancias ordinarias”, porque no es difícil hacer hervir el agua a temperaturas inferieres a su punto de ebullición usual. Una de las cosas que influye en la temperatura de ebullición del agua es la presión de la atmósfera que nos rodea; por consiguiente, si nos trasladamos a la cumbre de una elevada montaña, donde la presión atmosférica es menor que en la base -por ser también menor la columna de aire que sobre nosotros gravita-, y ponemos agua a calentar, observaremos que entra en ebullición mucho antes que de ordinario. La explicación de este fenómeno es que, a causa de la gran altura, es mucho menor la presión que el aire ejerce sobre el líquido, y puede éste, por lo tanto, expansionarse con más facilidad en burbujas de gas. Por eso, si estando en la cima de esa montaña colocamos un huevo dentro del agua, por mucho que la hagamos hervir jamás lograremos ponerlo duro, porque nunca adquirirá ésta la temperatura necesaria para ello. El agua se irá evaporando y se consumirá por completo antes de que el huevo se endurezca, y tendremos que resignarnos a comerlo casi crudo, aunque lo hayamos tenido una hora dentro del agua hirviente. En la cumbre de las montañas más elevadas del globo podríamos beber impunemente agua casi hirviendo, sin sufrir la más leve quemadura.