¿Por qué mudan todas las aves su plumaje periódicamente?


Las plumas de las aves, lo mismo que nuestro pelo o nuestras uñas, son partes del organismo que han de desaparecer para ser sustituidas por otras iguales, que desaparecerán también. A nosotros se nos cae el pelo, y las uñas, si no las cortamos, se rompen; pero las raíces siguen vivas, y crecen de nuevo aquél y éstas. Por tal motivo las aves cambian sus plumas periódicamente y echan luego otras nuevas; por eso mismo los mamíferos también cambian el pelo. Las serpientes mudan la piel entera, y los cangrejos y otros crustáceos abandonan sus caparazones. Si un crustáceo hubiera de pasar la vida entera dentro de una misma caparazón, su cuerpo no podría desenvolverse. En cierta época del año la carne se reblandece, de suerte que le es posible sacar sus grandes garras por la estrecha abertura de la parte superior de las vainas que las aprisionan, y sale de su caparazón, casi tan blando como un huevo dentro de la película cuando se rompe la cáscara. Las aves nunca llegan a verse tan desnudas; su muda es gradual. Sin embargo, algunas se quedan tan peladas de plumas gruesas, que se esconden en lugares apartados, hasta que les crecen de nuevo. Algo similar suelen hacer otros animales, en casos análogos; tal el ciervo, por ejemplo, cuando muda de cornamenta.