¿A qué velocidad máxima puede dar vueltas una rueda?


Podría creer cualquiera que si se aplicase una fuerza suficiente a una rueda, por ejemplo a la de un mecanismo conocido por todos nosotros: una locomotora, entonces giraría cada vez más aprisa, y no habría necesidad de poner un límite a la velocidad con que lo hace. Pero esto no es cierto; y algunas veces, cuando se lo echa en olvido y se hacen funcionar las ruedas demasiado aprisa, ocurren accidentes terribles. Si cogemos un paraguas mojado por la lluvia y lo hacemos rodar con suavidad y lentitud, las gotas de agua que tiene adheridas no se desprenderán de él y se sostendrán toda una vuelta, pero en el momento de imprimirle una velocidad algo mayor, caerán irremisiblemente. Mientras el paraguas dé vueltas lentamente, la fuerza que las adhiere a él, o cohesión, como se la llama, basta para que las gotas se mantengan pegadas al paraguas; pero, cuando éste recibe un aumento de velocidad, la fuerza de la cohesión no puede mantener las gotas pegadas al paraguas, y éstas se desprenden de él. Con esto se ve, por analogía, que sólo en virtud de la cohesión las partes de una rueda se unen unas con otras, y que si la rueda girase demasiado rápidamente, esta cohesión no tendría bastante fuerza para sostener toda la rueda, como no la tiene para sostener las gotas del paraguas, si se lo hace dar vueltas con rapidez.