¿Por qué se colorea el cielo a la puesta del sol?


Cuando el sol se pone, sus rayos no descienden directamente sobre nosotros, como cuando está en el cenit, sino que tienen que atravesar, antes de llegar a nuestros ojos, capas mucho más espesas de aire; del mismo modo que, si introducimos en una naranja un alfiler en la dirección de su centro, no tendrá que atravesar tanto espesor de su cáscara como si lo hacemos penetrar en dirección oblicua.

La luz del sol poniente tiene que recorrer una distancia mucho mayor, a través de la atmósfera, y pasar por regiones más próximas a la tierra y más cargadas, por lo tanto, de corpúsculos orgánicos, que van absorbiendo algunas de sus partes y reflejando las otras. Estos corpúsculos que flotan en el aire son de muy diversos tamaños, y por eso observamos colores muy distintos en la puesta del sol. Y este es al mismo tiempo el motivo de que las puestas de sol sean tanto más hermosas y ricas en colorido cuanto más cargado está el aire de substancias extrañas.