¿Podríamos andar sin los dedos de los pies?


No cabe la menor duda de que podríamos andar sin los dedos de los pies; pero no con tanta seguridad y gracia, por la sencilla razón de que los dedos de los pies se extienden sobre el suelo, aumentando nuestra base de sustentación y facilitándonos, por tanto, la tarea de guardar el equilibrio. Pero fácil es comprender que en estos tiempos civilizados, en que todo el mundo usa botas, los dedos de los pies son de escasa utilidad. En los tiempos primitivos de la raza humana prestaron excelentes servicios a los hombres, y podían ejecutar mayor número de movimientos que actualmente. Una persona sin dedos en los pies puede andar, sin duda alguna, pero sus pasos son inciertos y sus movimientos mucho más limitados.