¿A qué se deben las corrientes del mar?


Suponemos enterado al lector de lo que es una corriente, que no es lo mismo que una ola, la cual, aun cuando parezca se mueve avanzando, en realidad es producida por el movimiento ascendente y descendente del agua; tanto es así que, después de haber pasado la onda, el agua se halla en el mismo lugar en que antes se encontraba. Pero en el caso de la corriente, que, como dice la misma palabra, significa algo que corre, el agua se mueve en realidad de un lugar a otro. Hay un lago en Suiza por el cual corre un río, cuyo movimiento

puede distinguirse perfectamente por el diverso color de sus aguas. Esto es, propiamente hablando, una comente. En este caso, fácil es comprender su causa. El agua del río corre al mar, que se halla más bajo que el lugar denacimiento del río, y es en realidad la atracción de la tierra la que impulsa el agua del río a continuar su dirección por el lago, formando así una comente.

Pues bien, en el mar hay también corrientes, las cuales son debidas a algo que impele o pone en movimiento una parte del agua del mar, mientras la restante permanece en reposo. Dejamos dicho que es evidentísima la diferencia entre una corriente y una onda que se difunde por el mar, pues en este ultimo caso la onda corre, pero el agua, en realidad, no se mueve de su lugar. Estas corrientes pueden reconocer dos causas. A veces pueden ser producidas por un fuerte viento que, soplando en una dirección determinada, no sólo produzca ondas, sino que, en realidad, empuje y ponga en movimiento una porción de agua. Pero con mayor frecuencia, quizás, las corrientes son originadas por las diferencias de temperatura en el agua. El agua caliente, rodeada de agua fría, quedará como reconcentrada en sí misma, por decir así, y se moverá a través del mar. Si irradia el sol con fuerza en determinado espacio del mar, esta parte adquirirá temperatura más elevada de la que tienen otras, y por lo tanto, se producirá una corriente. En efecto, las corrientes de agua en el mar, frecuentemente son debidas a las mismas causas de las corrientes de aire, a las cuales damos el nombre de viento.