¿A dónde va a parar la niebla, cuando aclara de repente?


Esta pregunta no puede ser contestada de un modo categórico; pero conocemos muy bien lo que ocurre en ciertos casos. Por ejemplo, puede aparecer un viento caliente o frío, y desplazar a la niebla, como ocurre en una habitación, donde han estado fumando varias personas, cuando se hace penetrar en ella una corriente de aire. Otras veces se aclara la niebla de improviso, porque aumenta la temperatura del aire, lo cual puede ocurrir de varios modos. La niebla sólo puede presentarse cuando la temperatura es inferior a cierto grado; y si el Sol, apareciendo entre las nubes, o una corriente de aire, hacen que aquélla se eleve por encima del punto indicado, la niebla desaparecerá inmediatamente.

También la electricidad influye en este asunto. Sabemos que es posible disipar artificialmente una niebla por medio de la electricidad. Ahora bien, los cambios eléctricos ocurren constantemente en el seno de la atmósfera, y sabemos perfectamente que son la causa principal de las variaciones del tiempo; inclusive es muy probable que, a veces, cuando vemos disiparse una niebla como por arte de magia, sea debido a algún cambio sufrido por la electricidad del aire, semejante al producido por la máquina inventada por Oliver Lodge para disipar las nieblas.