¿Por qué arde mejor un fósforo cuando se lo coloca con la punta para abajo?


Hallaremos la contestación a esta pregunta si tenemos presente lo que ocurre cuando arde un fósforo. Su combustión dimana de que la madera o la cera, si se trata de una cerilla, se combinan con el oxígeno del aire y continúan haciéndolo mientras queda material para quemar. Tratándose de un fósforo de madera que se mantiene con la punta hacia arriba, será fácil que se apague por falta de combustible adecuado.

Esto ya no es tan fácil si se trata de una cerilla, porque la parte combustible del fósforo está compuesta de sustancias de las llamadas volátiles. Esto quiere decir que se convierten en gases y que ascienden cuando se calientan. Un fósforo de madera no contiene, por otra parte, ni con mucho, tanta materia de ese género y por eso tiende a apagarse; pero si lo ponemos con la punta hacia abajo, la llama encuentra entonces abundancia de combustible con que alimentarse, y no se apaga.

Este mismo principio es aplicable, como sabemos, al papel, lo cual es muy natural, pues el papel y la madera se componen de la misma sustancia, perteneciente al mismo género de compuestos químicos que el azúcar y el almidón. Muy pocas de esas sustancias son volátiles, al revés de lo que ocurre con las que componen las cerillas que conocemos.