¿Hay todavía fuego en el interior de la luna?


Cuando hablamos de fuego en el interior de la Tierra, no entendemos una cosa que arde como una hoguera, sino algo que se encuentra a una temperatura muy elevada y resplandecería si lo viésemos. Tratándose de la Tierra que habitamos, podemos cavar un pozo muy profundo para averiguar lo que la temperatura aumenta a medida que descendemos y estudiar las sustancias calientes que arrojan los volcanes. Pero se hace muy difícil averiguar cuál es la temperatura de la superficie misma de la Luna, y nos sería imposible, naturalmente, cavar pozo alguno en ella. Sólo podremos, pues, calcular cómo es probable que se halle su interior.

No cabe duda de que la temperatura interior de la Luna fue un tiempo en extremo elevada, pues los grandes volcanes que se observan en su superficie lo demuestran. Estos volcanes, sin embargo, se hallan apagados actualmente, y el interior de la Luna no se encuentra, por tanto, tan caliente. Las dimensiones de estos volcanes nos prueban, por otra parte, que nuestro satélite debió perder su calor de un modo violento y rápido. Ahora bien, conocemos las dimensiones de la Tierra, y podemos calcular la velocidad con que pierde su calor. Sabemos, además, que esta pérdida se halla muy retardada por esa inmensa capa que nos rodea, conocida con el nombre de atmósfera. La composición de la Luna debe de ser muy semejante a la de la Tierra, y debió de tener, al formarse, la misma temperatura que ésta, pero carece de atmósfera que conserve su calor, y su tamaño es tan inferior al de nuestro planeta que necesariamente hubo de enfriarse con rapidez mucho mayor, del mismo modo que nuestro globo, que es mucho menor que el Sol, se ha enfriado con mayor velocidad que éste. Por consiguiente, es probable que el centro de la Luna diste mucho de hallarse a una temperatura tan elevada como el de la Tierra, y casi nos atrevemos a afirmar que no debe de existir en él gran calor.