¿Experimentan también cambios los otros mundos?


Por nuestros estudios relativos a la superficie terrestre, sabemos que ésta ha experimentado grandes cambios en el transcurso de los siglos. Pero los hombres siempre se han sentido inclinados a creer que los cielos no presentan ninguna alteración, si se exceptúan los cambios de posición de los astros que los pueblan. Sin embargo, el estudio del Sol y de los planetas, por medio de potentes telescopios, nos enseña que en los otros cuerpos celestes se están realizando de continuo, aunque lentamente, toda suerte de cambios. Quizás las manchas del Sol no señalen ningún cambio, toda vez que se ocultan y reaparecen de un modo alternativo; y nadie puede asegurar que esto constituya una prueba de que dicho astro experimente de un modo periódico las mismas alteraciones; pero no cabe duda de que, por lo menos en dos planetas, Marte y Júpiter, se suceden transformaciones.

En el gigantesco Júpiter existe un punto notable, la gran mancha roja que, durante los años que hace que se la observa, ha cambiado de forma, de tamaño y de color. Son estas alteraciones muchísimo más rápidas que las que se efectúan en la Tierra en la época actual; pero la temperatura de la superficie de Júpiter es mucho más elevada que la de la corteza terrestre, la mayor parte de la cual ha adquirido estabilidad y rigidez, en tanto que la de aquel planeta es más fluida, y tan elevada su temperatura que es hasta probable que posea luz propia. Por lo que a Marte respecta, presenta alteraciones más o menos importantes. Considerables extensiones de este planeta, que un día debieron de ser lechos de océanos, se hallan en la actualidad totalmente secas.