¿Qué es la propulsión a chorro?


Es curioso que se haya debido llegar hasta el siglo xx para aprovechar un fenómeno conocido desde hace varias centurias: el de acción y reacción. El principio fue enunciado por Isaac Newton en el siglo xviii, pero, desde luego, el fenómeno no era ignorado por los sabios de la antigüedad.

Siempre que se aplica una fuerza sobre un cuerpo, éste reacciona con una fuerza igual y contraria. Cuando se dispara un fusil, la bala sale hacia adelante, pero al mismo tiempo el arma sufre un retroceso, es decir, se mueve en dirección contraria. Esta reacción se presenta siempre, sin excepciones, y no solamente entre cuerpos sólidos, como el del ejemplo anterior, sino también entre líquidos y gases. Todos hemos visto alguna vez los molinetes regadores de las plazas: el agua sale hacia adelante y el brazo del molinete es impulsado hacia atrás por la misma fuerza.

De análoga manera, si un cuerpo despide gas en una dirección determinada, con cierta fuerza, sufre una reacción que lo hace retroceder. Los conocidos “buscapiés” son cohetes que despiden el gas hacia atrás y eso los hace mover hacia adelante. Un avión cohete, de propulsión a chorro o de retropropulsión no es otra cosa, en principio, que un buscapiés.

Los aviones que se basan en este principio pueden ser clasificados en tres tipos diferentes: cohete, extractor de aire y hélice-chorro.