¿Por qué la superficie tranquila de las aguas refleja los objetos a gran distancia?


La distancia de donde venga la luz no tiene nada que ver con lo que pueda acontecerle. La superficie tranquila del agua, a semejanza de otras muchas superficies, constituye un excelente reflector de la luz. Rechaza las ondas luminosas sin deformarlas ni alterarlas. Mientras esto ocurre, podemos ver reflejada en ella la imagen de todo objeto que le envíe su luz, sin que influya para nada la distancia a que se halle dicho objeto. Por eso, al par que vemos reflejados los árboles cercanos en la superficie de un estanque, vemos también la Luna o el Sol con la misma perfección y claridad, a pesar de distar de nosotros millones de kilómetros.