¿Qué hay detrás del límite del espacio que nos rodea?


Muchas veces hemos oído decir que el espacio es infinito. ¿Qué se quiere decir con esta palabra un poco misteriosa? Se quiere decir que el espacio no tiene fin.

Era natural que hasta los hombres de ciencia hayan pensado de este modo respecto al espacio. Supongamos, en efecto, que salimos de nuestro planeta en dirección a Plutón, en alguna de esas naves que los físicos están planeando para las exploraciones siderales. Es evidente que una vez llegados a Plutón, a pesar de la enorme distancia que nos separa de ese remoto planeta, podríamos emprender otro viaje, siempre en la misma dirección. Y así hasta el infinito. ¿Por qué, en efecto, suponer que el espacio ha de terminar alguna vez? ¿Qué podría haber sino espacio más allá de cualquier límite?

Así pensaban los hombres hasta que el genial físico Alberto Einstein, con su teoría de la relatividad, dio una nueva visión de este apasionante enigma: el espacio es ilimitado pero finito. ¿Cómo puede ser así? Del mismo modo que la superficie de una esfera puede ser recorrida en cualquier dirección sin encontrar jamás un límite, y no obstante ser la esfera un cuerpo finito. De esta manera Einstein ofreció una novísima y valiosa explicación a tan difícil y antiguo problema.