¿Qué causa produce la incandescencia de las lámparas eléctricas?


La luz eléctrica es totalmente distinta de la de una hoguera, una lámpara o un mechero de gas, porque no es el resultado de la combustión de un cuerpo; por eso no vicia el aire de las habitaciones. Cuando movemos el interruptor, lo que hacemos es permitir que la corriente eléctrica, que ha sido producida en otra parte, pase por la lámpara. Cuando el interruptor está abierto, la corriente no pasa por la lámpara, porque existe una interrupción, o falta de continuidad, en el alambre que la conduce; pero si lo cerramos, ponemos en comunicación el alambre que baja por la pared con el que va hasta la lámpara. Si quitamos la cubierta del interruptor, podemos hacernos cargo perfectamente de esto. Cuando la corriente pasa por la lámpara, encuentra cierta resistencia en el filamento de ésta, el cual es muy delgado, y al abrirse paso, venciéndola, eleva su temperatura de tal modo que se pone incandescente y da luz. Y, como sabemos que no es posible sacar cosa alguna de la nada, lo que ocurre aquí es que parte de la electricidad se transforma en calor, que es el que provoca la incandescencia del filamento de la lámpara. Cuanto mayor es la corriente, mayor es la temperatura y brillo que el filamento adquiere, y más electricidad se consume. Si hubiese aire dentro de la lámpara, el filamento se quemaría instantáneamente; pero estas lámparas se construyen de tal modo, que casi no contienen aire en su interior. Si rompemos el cristal de una lámpara y dejamos entrar el aire en ella, el filamento se quemará en el momento en que hagamos llegar a él la corriente eléctrica.