¿Puede el tacto reemplazar en los ciegos la vista?


La respuesta es en parte afirmativa y en parte negativa. Es indudable que el sentido del tacto jamás podrá desarrollarse en los ciegos, hasta el punto de suplir o reemplazar en absoluto su falta de vista, ni nadie puede suponer que así ocurra; pero es innegable también que los no videntes, resueltos a sacar todo el partido posible de los sentidos que conservan, educan el del tacto con especial esmero, y obtienen resultados asombrosos. Las personas que ven no dedican al sentido del tacto ningún cuidado especial, y por eso su desarrollo no es, por lo general, superior al de los otros. Cuando podemos hacernos cargo de una cosa por medio de la vista, no se nos ocurre palparla, por supuesto.

Pero es completamente inexacto que el sentido del tacto esté naturalmente en los ciegos más desarrollado que en las personas dotadas de vista. Recientes estudios acerca de este particular han puesto de manifiesto que el tacto es igual en ambos casos, si bien los ciegos suelen afinarlo con la práctica.