EL PALACIO DE LA VENTURA - Anthero de Queital


Cuando, después de vagar por el mundo buscando la felicidad, creemos haberla encontrado, nos sentimos asaltados por el vacío y la desilusión. Anthero de Queital, notable poeta portugués (1843-1891), expresa poéticamente este pensamiento en el inspiradísimo soneto que sigue.

Sueño que soy un caballero andante;
Por desiertos cabalgo en noche oscura.
Del amor paladín, busco anhelante
El Palacio feliz de la ventura.

Mas ya desmayo, exhausto y vacilante,
Rota la espada y rota la armadura...
Cuando de pronto veo, fulgurante,
Toda su altiva pompa y hermosura.

Con grandes golpes llamo, sin recelos:
Soy el desheredado, el vagabundo,
¡Abrid la puerta de oro a mis anhelos!

Se abre la puerta al fin, lenta y pausada,
Y al entrar caigo de dolor profundo:
Frío, silencio, oscuridad y... ¡nada!