BIZANCIO - Andrés María de Chenier


La actual capital del imperio otomano se llamó Bizancio en la antigüedad, pero en tiempos del emperador Constantino, al hacerla éste capital del Imperio Romano, comenzó a llamársele la ciudad de Constantino, o sea, Constantinópolis, de donde se ha derivado el nombre de Constantinopla, con que se le designa hoy por la mayoría de los pueblos no mahometanos. Los turcos la conocen por Estambul. Andrés María de Chenier, autor de esta poesía, nació en Constantinopla en 1762, y murió en París, guillotinado, en 1794, víctima del Terror. Es uno de los poetas franceses más célebres de su época. Aquí se lamenta Chenier de la tristeza y abandono que impera en torno a su ciudad natal; se duele de la conquista turca, que «manchó el esplendor del arte de Bizancio»; y al representar a ésta llorosa por su esclavitud y ansiando verse libertada por los cristianos, le consuela la idea de que la Historia recordará siempre el arte bizantino como un timbre de gloria y esplendor de la vencida ciudad, cuya caída en poder de Mahoma II, en 1453, moren el final del período llamado Edad Media.

El sol con su flamígera melena
Arranca chispas de oro
A la abrasada arena
Que sostuvo algún día tres baluartes;
¡Oh ciudad del Cruzado!
Tu campo, antes feraz, por todas partes
Yermo se muestra, triste, abandonado;
Tu grandeza pasó; tu muerte vino;
Cayeron tus murallas,
Y el fogoso corcel de Saladino
Con la sangre manchó de cien batallas
El esplendor del arte bizantino,
El aura que mecía
El lábaro de Pedro el Ermitaño
Hoy mece sin fortuna
El blanco pabellón de la Turquía,
Y donde antes la cruz resplandecía
Se ve la sarracena media luna.
Detrás de aquella ojiva
Que el arte en ti creó, que las edades
Llevaron cual tesoro
A los templos de mil y mil ciudades.
Hoy te asomas cautiva
A ver si, de tu duelo ya apiadados
Vuelven a tus arenas
Otra vez los Cruzados,
Rompiendo las cadenas
Con que el turco en mal hora
Hizo que fuera esclava la señora.
Llora, sí, que llorar es tu destino,
Que lo que fue ya no es; pero la historia
Conservará en el arte bizantino
Página inmarcesible de tu gloria.