LA BARQUILLA - Lope de Vega


En esta composición, su autor, el famoso Lope de Vega, bajo la alegoría de una barquilla que se lanza al proceloso mar, desafiando sus peligros y tormentas, se amonesta a sí mismo a huir de la vana ostentación, que suele excitar las iras de la envidia. Esta conocidísima poesía es una de las más bellas y alabadas de la lírica castellana por sus felicísimas comparaciones.

Pobre barquilla mía
Entre peñascos rota,
Sin velas desvelada,
Y entre las olas sola;

¿A dónde vas perdida?
¿A dónde, di, te engolfas?
Que no hay deseos cuerdos
Con esperanzas locas.

Como las altas naves,
Te apartas animosa
De la vecina tierra
Y al fiero mar te arrojas.

Igual en las fortunas,
Mayor en las congojas,
Pequeña en las defensas,
Incitas a las ondas.

Advierte que te llevan
A dar entre las rocas
De la soberbia envidia,
Naufragio de las honras.

Cuando por las riberas
Andabas costa a costa,
Nunca del mar temiste
Las iras procelosas;

Segura navegabas;
Que por la tierra propia
Nunca el peligro es mucho
A donde el agua es poca.

Verdad es que en la patria
No es la virtud dichosa;
Ni se estimó la perla
Hasta dejar la concha.

Dirás que muchas barcas,
Con el favor en popa,
Saliendo desdichadas,
Volvieron venturosas.

No mires los ejemplos
De las que van y tornan,
Que a muchas ha perdido
La dicha de las otras.

Para los altos mares
No llevas cautelosa
Ni velas de mentiras,
Ni remos de lisonjas:

¿Quién te engañó, barquilla?
Vuelve, vuelve la proa,
Que presumir de nave
Fortunas ocasiona...

No quieras que yo sea
Por tu soberbia pompa,
Faetonte de barqueros,
Que los laureles lloran.

Pasaron ya los tiempos,
Cuando lamiendo rosas,
El céfiro bullía
Y suspiraba aromas.

Ya fieros huracanes
Tan arrogantes soplan,
Que salpicando estrellas,
Del sol la frente mojan...