LA ROSA - Juan Herder


Juan Herder, célebre literato alemán (1744-1803). asimila en esta poesía la duración de la juventud, del amor, de las ilusiones y alegrías, al breve vivir de una rosa, que se marchita en un día.

“Yo veo cómo las flores
En mi redor se marchitan
Y de mí tan sólo dicen
Que al ser flor, soy flor de un día.
¡Ingratos! ¿No os soy amable
Durante mi corta vida?
¡Ingratos! Después de mustia
Encuentran vuestras orgías
En el aroma que exhalo
Saludables medicinas.
Y, sin embargo, oigo un eco
Que en torno de mí se agita:
¡Qué pronto muere la rosa!
¡Ah! qué pronto se marchita.”
De este modo se quejaba
La regia flor que domina
Violetas y pensamientos,
Acacias y margaritas,
Sintiendo por vez primera
Que era su existencia efímera.
Sus melancólicas quejas
Oyó una cándida niña, le dijo:
“No te enojes,
¡Oh! flor que aroma respiras
Y que aspiramos nosotras
Con entrañable delirio.
Nosotras vemos morir
Flores mil, con la sonrisa
En los labios, porque vemos
Que la flor es flor de un día.
Mas tú, reina de las flores.
Tú ser inmortal debías,
Porque al morir representas
Hojas del árbol caídas.
Ilusiones arrancadas
Del fondo del alma íntimas.
Y por eso cuando vemos
Las nuestras desvanecidas,
Exclamamos al cogerte:
¡Ah, que pronto se marchita!
Toda nuestra juventud,
Nuestro amor, nuestra alegría
La comparamos, ¡oh rosa!
Con lo breve de tu vida.
Y al contemplar cual se apaga
Tu pura llama encendida,
Exclamamos con angustia:
“¡Ah, que pronto se marchita!”