LOS TRES GITANOS - Nicolás Lenau


En la indolente y cínica inacción con que los gitanos vagabundos viven arrostrando alegres la miseria, descubre el poeta alemán Nicolás Lenau (1802-1850) una lección que le enseña a burlarse del hado adverso y de los infortunios de la vida.

Cruzando vasta llanura
Vi tres gitanos tumbados,
Al pie de un sauce copudo
Que crecía solitario.

El uno con el violín
En la garganta apoyado.
Sonora voz producía
La débil cuerda rasgando.

El segundo, pipa en boca,
Miraba el humo aromático,
Feliz cual si allí gozara
Del mundo el más dulce halago.

Y el tercero se dormía,
Su arpa colgada en el árbol:
Por las cuerdas iba el viento,
Por su mente un sueño grato.

Remiendos de mil colores
Cubrían sus toscos sayos;
Pero burlábanse libres
E independientes del hado.

Y me enseñaron los tres
Del destino a no hacer caso,
Y a tañer, fumar, dormir.
Mientras el tiempo va pasando.

Y al proseguir mi camino
Me volvía a contemplarlos,
Con esas caras morenas
Y negro pelo rizado.