LAS TRES ORACIONES - José Palma


El lirismo sentimental y las galas de la fantasía realzan esta poesía de José Palma (1844-1911).

I
Yo vi con tintas de flotante grana
Matizarse las nubes del oriente,
Y entre el rumor oí de la mañana
Cantar las aves, rebullir la fuente.

Yo aspiré con fruición dulces aromas
Que la brisa al volar me regalaba,
Y adiviné en las cimas de las lomas
Rayo de sol, que céspedes besaba.

En la arena ondulosa de la playa
Del mar las huellas contemplé grabadas;
En florecillas de corola gaya
Purezas de pasión vi retratadas.

Y un algo percibí que entre la brisa
Ascendía al sonar de la campana,
Algo como un suspiro, una sonrisa,
“La solemne oración de la mañana.>

II
¡Señor, Señor! Inmensos son tus dones,
Como inmensa también es tu grandeza,
Y te aman los cristianos corazones
Y nunca sufre su pasión tibieza.

Yo te miro en las nubes jironadas
Cuando mueren la luz y la alegría,
De la luna en las lánguidas miradas
Extática te mira el alma mía.

Yo siento que mi pecho se estremece,
Si muere el sol en vagas lontananzas;
Contemplándote el alma se embebece,
Encarnado en jirones de esperanzas.

Y por eso, a las santas vibraciones
Que ritma el bronce al decaer el día,
Yo rezo con los píos corazones
La “Oración de la tarde,” mi alegría.

III
Al sonrís de la luna nacarada,
Al dulce titilar de las estrellas,
Inciensos de plegaria enamorada
Aspiro entre nocturnas flores bellas.

Esa plegaria ¡oh Dios! que leda os sube
Con el silencio místico Natura,
Plegaria que al subir de nube en nube
Rasga las sombras de la noche obscura;

Esa plegaria que al volar se enlaza
Con otra más callada y silenciosa:
La que balbuce ¡oh Dios! la humana raza
.
“La Oración de la noche” misteriosa,