El calvo y la mosca


Picaba impertinente
En la espaciosa calva de un anciano
Una mosca insolente.
Quiso matarla, levantó la mano,
Tiró un cachete, pero fuese salva:
Hiriendo el golpe la redonda calva.
Con risa desmedida
La mosca prorrumpió: “Calvo maldito,
Si quitarme la vida Intentaste por un leve delito,
¿A qué pena condenas a tu brazo,
Bárbaro ejecutor de tal porrazo?”
“Al que obra con malicia,
-Le respondió el varón prudentemente-
Rigurosa justicia
Debe dar el castigo conveniente,
Y es bien ejercitarse la clemencia
En el que peca por inadvertencia.
Sabe, mosca villana,
Que coteja el agravio recibido
La condición humana
Según la mano de donde ha venido:
Que el grado de la ofensa a tanto asciende
Cuanto sea más vil aquel que ofende”.


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