Nelson derrota por segunda vez a la armada de Napoleón

Después de esto, los austríacos volvieron a solicitar la paz. Sin embargo, antes de que ésta fuese un hecho, tuvo Nelson que intervenir otra vez en la contienda, puesto que Bonaparte trataba de conseguir que los daneses prestasen su escuadra a Francia para atacar a Gran Bretaña. Nelson fue enviado al Báltico, y obtuvo que la escuadra danesa le fuese entregada a Gran Bretaña, y no a Francia. En esta ocasión el mando supremo de la escuadra británica estaba en manos del almirante Parker, pero, en realidad, fue Nelson quien dirigió la batalla naval del Báltico, que hizo que se sometieran los daneses. Esta victoria dio al traste con el nuevo proyecto de Bonaparte, y después de la derrota de los daneses, hubo paz otra vez, aunque no por largo tiempo, incluso con la misma Gran Bretaña.

Bonaparte comenzó a firmarse con su nombre de pila, en vez de su apellido, como es usanza entre reyes, aun antes de ser proclamado emperador y coronado por el papa Pío VN en 1804. No sólo fue uno de los caudillos más ilustres que vio el mundo, sino un gran legislador; introdujo en su país reformas importantísimas durante los interregnos de paz. Pero no pudiendo soportar que Gran Bretaña siguiera siendo la señora de los mares, no tardó en declararle nuevamente la guerra. Ni aquélla podía enviar grandes ejércitos que midiesen sus armas con los suyos en el Continente, ni él disponía de escuadras capaces de hacer frente a las de Gran Bretaña.