Las obras imperescederas de los poetas e historiadores atenienses


Por este tiempo dicen que vivió también Esopo, el gran fabulista. En otras secciones de este libro se insertan muchas de sus amenas historietas.

La mayor parte de la maravillosa influencia que los griegos han ejercido en el mundo débese a la obra, a los escritos y al modo de vivir del minúsculo Estado de Atenas, durante unas pocas centurias.

Por fortuna poseemos gran caudal de datos reveladores de qué clase de hombres fueron aquellos griegos, en especial los atenienses. Muchos de sus profundos escritos, historias, dramas, poemas y discursos han pasado, a través de los siglos, de mano en mano de los eruditos que los han copiado, poniendo en ello todo su amor y todo su estudio. Pero además de estos incalculables tesoros, en las excavaciones realizadas en Grecia y en los países vecinos, cada día descúbrense nuevas obras originales de los mismos helenos, que son llevadas a los museos para admiración de quienes las contemplan.

Todo lo grande, en años posteriores producido en el mundo, tiene sus raíces y su comienzo en las obras del genio y de las manos de los griegos. Al atravesar las salas de los museos, llenas de sus producciones maestras, vasos, monedas y joyas, fragmentos de templos magníficos y esculturas casi vivientes, nos sentimos en una compañía en verdad muy noble.