Irlanda, la esmeralda de los mares o la verde Erin de los Poetas


Irlanda, preciosa isla, que por poseer extensas comarcas cubiertas de vegetación siempre verde, ha merecido los nombres de Esmeralda de los Mares o Verde Erín, dados por los poetas, encierra obras y monumentos muy interesantes, testimonios del arte antiguo los unos y productos de la moderna civilización los otros. En Belfast, por ejemplo, llaman la atención del visitante los magníficos docks, el arsenal y una grúa eléctrica titán, que eleva su antena a la altura de 60 metros. Killarney, capital del condado de Kerry, la Calzada del Gigante y otros mil lugares causan una impresión de extraña novedad, que se graba en el ánimo de una manera indeleble. Pero ir a Irlanda y no ver a Dublín, la capital, sería una falta imperdonable, como lo sería igualmente el no contemplar las cruces célticas, las torres redondas y las rocosas cumbres que los marinos de la Armada española tomaron a la distancia por castillos, y el "Arco de los deseos", curioso monumento natural de roca esculpido por el agua y el viento en la costa de Port Rush.