Una colonia católica avasallada por los protestantes


Reinaba en Inglaterra Carlos I, que simpatizaba con los católicos, cuando se le presentó lord Baltimore, perteneciente a la Iglesia católica, en demanda de que, para mayor seguridad de sus correligionarios, se le concediese la propiedad de un gran trecho de territorio al norte del río Potomac, cosa que consiguió. No pudo realizar personalmente la colonización, pero lo hizo su hijo, que, en honor a la reina Enriqueta María, esposa de Carlos I, llamó Maryland al territorio.

El lord propietario, como se intituló, gozaba de grandes preeminencias, a cambio del quinto del oro y la plata que se obtuviera de las minas, hasta el punto de gozar de todas las facultades de un rey. El nuevo establecimiento, fundado en 1634, prosperó con rapidez; pronto acudieron a él muchos protestantes, que se apoderaron del gobierno y prohibieron la entrada a los católicos que deseaban establecerse allí, hasta que, por fin, convertido al anglicanismo, el cuarto lord Baltimore retomó sus derechos.