Buscando oro y carbón en el interior de la tierra


Nueva Zelanda es rica en oro, especialmente en la provincia de Auckland y en los cauces de los ríos de Otago y Westland. Las principales minas de carbón se encuentran en la isla del Sur y en la provincia de Auckland. A medida que pasan los años, se hallan muchos más minerales útiles para explotar en Nueva Zelanda; entre ellos figura el hierro. La piedra verde que se halla en la costa occidental de la isla del Sur era muy apreciada por los maoríes, y las curiosas armas y adornos que de ella hacían se ven todavía en los museos de las grandes ciudades.

Desde principios de este siglo los límites del Estado de Nueva Zelanda se han ensanchado, incluyendo la isla Cook y otras del sur del Pacífico.

Cuando el capitán Cook se separó en su viaje de la bahía Botany, y de las lindas flores que tanto gustaron a su amigo naturalista, el Endeavour se encaminó sin contratiempo, en un trayecto de unas mil millas hacia el Norte, a lo largo de la costa conocida durante muchos años después por Nueva Gales del Sur. De repente chocó contra una roca escondida y aguda que le perforó la quilla. Tapóse aquella vía de agua apresuradamente con lona y estopa, y se continuó el viaje hasta un punto llamado ahora Cookstown, en Queensland.

Así se descubrió el Great Barrier Reef (Gran Arrecife de Coral) que corre a lo largo de la costa oriental de Australia, a una distancia de diez a quince millas de la playa, sirviendo de rompeolas natural para los puertos de la costa.

Al norte del estrecho de Torres se halla la isla de Nueva Guinea, segunda del mundo por su extensión, repartida entre Holanda y Gran Bretaña. Hay en ella muchos misioneros que instruyen y civilizan a los indígenas. El clima es muy cálido, y los mejores productos que en ella se cultivan son el tabaco, el arroz, el azúcar, el té y el café. Hay también árboles útiles, entre ellos el cocotero, la palma sagú, el sándalo y el ébano. En sus costas se pescan perlas.