Por qué se necesita educar tan sólo una mitad del cerebro


No es necesario que las dos mitades del cerebro reciban la misma educación. Una de dichas mitades empieza muy tempranamente a adquirir sobre la otra alguna ventaja, y desde entonces cuanto más progresa, más facilidades recibe para aumentar sus progresos. Pero no hay que olvidar jamás, como suele hacerse, que la mitad menos educada es por naturaleza de tan buena calidad como la otra; y nada impedía que hubiese sido ella la mitad preferida, pasando a serlo, si por las circunstancias se requiere. Vamos a ver cómo tiene lugar esto.

Un hombre de setenta años ha sufrido una lesión, visible o invisible, de la que proviene una dificultad para el funcionamiento de la mitad preferida del cerebro; la mitad izquierda, en el caso de no ser un individuo zurdo; la mitad derecha, si lo fuera. Queda entonces la otra mitad del cerebro para desempeñar las funciones que desempeñaba la mitad lesionada; entonces, con tiempo y paciencia, la mitad derecha del cerebro puede aprender a hacer penosa e imperfectamente una o dos cosas que solía ejecutar la otra mitad. Pero en casos de esta naturaleza el pobre lesionado quedará casi como si no tuviera en su cerebro una mitad de repuesto, pues en la vejez la facultad del cerebro para ser educado es casi nula. La juventud es la época más a propósito para aprender. Consideremos ahora el caso de un niño de cinco años que empieza a deletrear y aun a trazar en el papel algunas letras.