Los millares de células que introducen los alimentos en la sangre

El objeto único de la alimentación es introducir en la sangre las sustancias que necesita. Todo lo demás sirve para preparar los alimentos, a fin de que sean absorbidos dentro de la sangre. Las células que cubren estas diminutas proyecciones de la membrana mucosa del intestino viven y están extraordinariamente especializadas. Recogen, de las sustancias contenidas en el intestino, lo que está ya dispuesto para ser introducido en la sangre, y lo pasan por sí mismas y por las delgadas paredes de las venas, que son impelidas en pequeñas curvas hacia las proyecciones, y luego lo llevan por el torrente circulatorio a todas las partes del cuerpo. Cuando se puede obtener un trozo de membrana mucosa del intestino de un animal y se conserva caliente, puede observarse perfectamente como vive durante algún tiempo.

Entonces es fácil ver cómo las células que cubren esas incontables pequeñas proyecciones hacen su labor maravillosa, y se observa también el hecho curioso de que mientras van pasando a la sangre todas las demás parles de los alimentos que se han dispuesto para ellas, no pasa ni un átomo de grasa. Ésta marcha a otro grupo de diminutas venas llamadas lacteales, del latín lac, lactis, que significa leche, y se conduce hacia arriba por el cuerpo, hasta que los lacteales echan la grasa en alguna de las grandes venas situadas cerca del cuello.

Los lacteales toman este nombre, porque después de una comida parece como si estuvieran llenos de leche, y lo que les da este aspecto lácteo son las gotas de aceite o de grasa.