Cómo Gulliver fue hecho prisionero por los liliputienses


Cuéntanos Lemuel Gulliver que su padre tenía una pequeña finca en el condado de Nottingham, y cinco descendientes, de los que él era el tercero. Colocado de aprendiz en casa de un eminente cirujano de Londres, enviábale su padre, de cuando en cuando, pequeñas cantidades que invertía en aprender el arte de navegar, pues esperaba emprender algunos viajes en época no muy lejana, para lo que tales conocimientos habían de serle indudablemente muy útiles. Llegó a ser cirujano sucesivamente en dos buques, e hizo varios viajes a las Indias y a las Américas. Las horas de ocio a bordo empleábalas en leer los mejores autores, y, cuando estaba en tierra, en observar las costumbres de los naturales y también en aprender su lengua.

Posteriormente aceptó Gulliver un ofrecimiento del capitán Prichard, patrón del Antílope, que iba a emprender un viaje al Pacífico, e hízose a la vela en el puerto de Bristol, el 4 de mayo de 1699. Una tempestad los llevó al noreste de la Tierra de Van Diemen, en cuyas rocas se estrelló la nave. Seis tripulantes, entre los cuales se hallaba Gulliver, lograron echar un bote al agua para salvarse, pero zozobró al cabo de media hora. Qué fue de sus compañeros, Gulliver no lo supo jamás; pero él siguió nadando hacia donde la suerte quiso llevarle, y, ya casi exánime, tocó fondo y pudo llegar a la orilla.

Dejemos a Gulliver que nos cuente él mismo su historia y en lo posible con sus mismas palabras; y de esta suerte sabremos lo que le aconteció, al llegar extenuado a tierra.