La Vía Láctea está formada por una multitud de estrellas


La Vía Láctea, como su nombre lo dice, tiene el aspecto de una faja lechosa que atraviesa el cielo pasando por los costados de los polos, y por la región que ocupan las constelaciones de Orion y Sagitario, aproximadamente. Si bien parece una mancha difusa de luz, se observa que está formada por multitud de estrellas; tantas, que es casi imposible contarlas.

Según las observaciones más modernas, se ha llegado a determinar que esa faja abigarrada de estrellas resulta de un efecto de perspectiva, como es el ver desde adentro un enorme conjunto de estrellas dispuestas en forma de un disco muy ancho pero de delgado espesor.

Esa enorme aglomeración de estrellas que, como ya sabemos, son astros análogos a nuestro Sol, mantienen una distribución más o menos uniforme. Pero resulta claro que si miramos ese conjunto desde un lugar interior, nos parecerá que hay más puntos luminosos concentrados hacia los bordes del disco, que en dirección perpendicular. El Sol es parte integrante de ese enorme conjunto de estrellas, que se denomina Galaxia, y que tiene nada menos que 100 mil años luz de diámetro, por unos cinco mil años luz de espesor. Eso significa que un rayo luminoso que sale de la Galaxia, emplea 100 mil años en atravesarla por su parte central.

Cuando empezamos nuestro estudio de los cuerpos celestes, vimos de qué modo podían los astrónomos determinar las distancias a que se hallan las estrellas. Uno de los métodos más directos es determinar de qué manera cambia de posición aparente una estrella, mientras la Tierra se mueve de un punto a otro opuesto de su órbita. Aun las estrellas más cercanas manifiestan oscilaciones casi imperceptibles, pero la exacta medición del desplazamiento aparente permite calcular las distancias. Se comprende, pues, que estrellas más lejanas tengan oscilaciones anuales aparentes tan pequeñas, que no se puedan determinar ni siquiera con los más perfectos instrumentos. Por ese motivo los astrónomos deben valerse de otros procedimientos menos directos, en cuya descripción no podemos entrar.