Estos son mis poderes


Frisaba el cardenal Jiménez de Cisneros con los ochenta años cuando fue por segunda vez regente de España, cargo que demandó toda su pericia para hacer frente a las complicaciones que le creaban los nobles, por un lado, y el partido flamenco, por otro. Una vez se le presentaron ciertos magnates pidiéndole, con aires de insolencia y de altivez, que mostrara los poderes que tenía para gobernar. El enérgico octogenario abrió un balcón y mostrándoles una compañía de soldados que le daba guardia y unos cañones emplazados en el patio, contestó: “Éstos son mis poderes.” De allí en más, la frase se usó para definir la fuerza como derecho.


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