Los caballos que comían hombres


Diomedes, rey de Tracia, fue tan cruel que llegó a tener el hábito de arrojar a cuantos forasteros llegaban a la corte a unos caballos salvajes que tenía, para que los animales los devorasen.

Hércules, en unión de algunos amigos valientes, fue a Tracia, se apoderó del tirano, y lo arrojó como pasto a sus propios caballos; luego ahuyentó a éstos, les hizo cruzar el mar. y los llevó a Micenas, donde los obligó a refugiarse en la montaña y allí fueron despedazados por otras fieras.


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