La comida en el castillo


Durante algún tiempo, Howleglass formó parte del servicio del conde Ambal, cuyo castillo estaba rodeado de enemigos. Destinado el muchacho a la atalaya, se le encargó que vigilara constantemente y anunciara la aproximación de algún enemigo con un toque de cuerno.

Poco después, oyó que el conde y sus principales oficiales entraban en el comedor; el olor de los sabrosos platos lo tentó extraordinariamente, consultó con su apetito, y con decidida resolución tocó el cuerno. Al oír la señal convenida, el conde y sus hombres corrieron con gran alarma a sus puestos para rechazar al enemigo. Esto era lo que estaba deseando Howleglass; bajó apresuradamente de