El caballo maravilloso


En el transcurso de sus viajes, llegó Howleglass a la ciudad de Halberstadt y se alojó en la mejor posada que pudo encontrar. Pronto se le acabó el dinero y, a fin de hacerse con otra cantidad que le sacara de apuros, pidió al pregonero que hiciera público que al día siguiente se iba a dar un gran, espectáculo.

Al otro día, en efecto, la gente se congregó ansiosa de presenciar el admirable espectáculo.

-Entrad -les dijo Howleglass- y veréis el caballo más extraño que ha habido en el mundo. Tiene la cola en el lugar en que debería tener la cabeza.

Pagado el importe señalado para ver al raro animal, entraron en. tropel centenares de personas y hallaron que, al fin de cuentas, el maravilloso animal no era más que un caballo como todos los caballos, pero atado por la cola al pesebre.

La salida, empero, hizo mucha gracia a la gente, al ver la ingeniosa manera como se los había engañado, y, a instancias de Howleglass. prometieron, a medida que iban saliendo del local, no revelar el secreto a los que habían de entrar todavía.