El soldado y el juez


Mientras, en cierta ocasión, se hallaba el rey Filipo juzgando a un soldado, comenzó a dormitar, vencido por el sueño; luego, despertando de súbito, pronunció sentencia contra el reo. Mas éste exclamó:

-Rey Filipo, apelo de tu sentencia.

-¿A quién apelas? -preguntó enojado el monarca.

-Apelo de Filipo dormido a Filipo despierto -contestó el soldado encarándose valerosamente con el rey.

Éste, profundamente impresionado por esta respuesta y reconociendo la justicia de la apelación del reo, revisó cuidadosamente el caso, vio que había juzgado mal al soldado, y lo dejó al punto en libertad.


Pagina anterior: El conquistador y el artista
Pagina siguiente: La batalla con el león