Por qué los hilos del telégrafo se ven tirantes en invierno y flojos durante los calores del verano


Uno de los efectos más importantes que tiene el calor sobre los cuerpos es Id dilatación de éstos. En general, todos los cuerpos -sean líquidos, sólidos o gaseosos- se dilatan, es decir, aumentan sus dimensiones cuando se los calienta. Una simple experiencia nos ¡puede servir para comprobar que ello ocurre efectivamente. Basta disponer de una esfera y un anillo fabricados de tal manera que a la temperatura ambiente la esfera pueda pasar cómodamente por dentro del anillo. Si calentamos la esfera, ésta ya no podrá pasar por el anillo. Ello se debe a que, al calentarse, la esfera se ha dilatado, aumentando su tamaño hasta superar el del agujero del anillo a través del cual pasaba.

Todos los cuerpos no se dilatan igualmente, y esta propiedad es muy utilizada en muy diversas aplicaciones prácticas. Esto quiere decir simplemente que si calentamos una barra de hierro y una de cinc, las dos no se estirarán de igual manera: la dilatación depende no sólo del calor que le damos, sino también del material de que está hecho el cuerpo. Algunos ejemplos de aplicaciones son los siguientes: Para enderezar paredes-inclinadas peligrosamente, se utilizan las llamadas llaves, que son simples barras de hierro. Se dilatan por calentamiento y se ajustan sus extremos. Al enfriarse, la fuerza de contracción repone las paredes nuevamente en su posición normal.

Algunos puentes metálicos tienen un extremo fijo y el otro descansa sobre rodillos para que la dilatación se efectúe libremente. Todos hemos visto que entre dos rieles de tranvía o de ferrocarril, se deja siempre una pequeña luz, es decir, un pequeño espacio. Muchas personas piensan que ese pequeño espacio se debe a un olvido o descuido. Incluso algunas se suelen enojar bastante, porque a causa de ese pequeño espacio el vagón salta en su marcha. Sin embargo, se trata de una medida muy sabia y prudente. Si no se dejara el espacio, al dilatarse el riel se arquearía, lo que provocaría grandes desastres. También se debe a la dilatación que los alambres telegráficos se vean tirantes en invierno y flojos en verano, época en que están dilatados. En invierno, vuelven a su longitud primitiva e incluso pueden contraerse, si la disminución de la temperatura es muy grande, y hasta cortarse.