El secreto de los maravillosos violines que se fabricaban en tiempos pasados


Todo esto es cuestión de los armónicos. Dejando aparte el motivo, el caso es que la misma cuerda, tocada con el mismo arco y por la misma mano y en el mismo local, producirá sonidos agradables o sonidos ingratos al oído, aun tratándose de una nota dada, según el instrumento del cual esté formando parte.

Debe de haber, pues, en la caja del violín alguna cosa a que pueda atribuirse la diferencia observada; y ahora sabemos lo que es. La cuerda, al vibrar, no sólo produce la onda principal, sino también las ondulaciones secundarias. El secreto de la construcción de un violín que produzca sonidos armónicos, estriba en que cerca de la cuerda haya algo que vibre al mismo tiempo que ella; y este algo ha de poseer la propiedad de elegir entre las ondas, precisamente aquellos armónicos que más gratos han de ser al oído, de manera que venga aumentada la riqueza del tono. En los maravillosos violines de- otros tiempos, la tapa y el fondo de la caja tenían, al parecer, las dimensiones, el grueso y los contornos exactos que era preciso tuvieran para resonar de la misma manera y a impulsos de las mismas notas. Se ayudan mutuamente, en lugar de contrarrestarse, y en eso consiste su secreto.