No hay manera de interceptar la gran fuerza de la gravitación


La fuerza de gravitación obra lo mismo a través del agua, del aire o del vacío absoluto que a través de las más recias peñas de granito o de otra sustancia cualquiera; su intensidad no sufre cambio alguno por efecto del medio que atraviesa. Ahora bien; ya que los obstáculos y la distancia no influyen en la gravitación ¿influirá acaso el calor? Vamos a verlo. Si tomamos un objeto cualquiera de cierto peso (que representa el valor de la atracción que la Tierra ejerce sobre él) y hacemos bajar la temperatura de tal cuerpo a un grado cincuenta veces más frío que el del hielo,; metiéndolo en aire líquido, y calentamos después ese mismo cuerpo hasta la temperatura del rojo blanco, y lo pesamos en esas dos situaciones extremas de temperatura y comparamos, por último, los resultados de las dos pesadas, no encontraremos diferencia entre ellas. Luego la influencia del calor en la gravitación es nula. Por otra parte, podemos afirmar por lo menos lo siguiente: Si levantamos este libro a quince centímetros de la mesa, por ejemplo, aumentaremos la distancia que lo separa del centro de la Tierra. El libro será más ligero, porque la acción de la fuerza de gravedad disminuye con la distancia, si bien no deja de obrar, por grande que sea esta distancia; pero claro está, la diferencia de peso debida a variación tan pequeña en la distancia será sumamente leve. Pues bien; de experimentos hechos recientemente se desprende que, si el calor produjese en la gravedad un efecto comparable a la diferencia de peso producida en el libro al levantarlo quince centímetros, hubiéramos podido observarlo perfectamente. Preciso es convenir en que, si los mayores cambios de temperatura no producen en la gravitación efectos más importantes que ésos, podemos repetir que la influencia del calor es nula.