La pintura a través de la cerámica ibérica


El más alto nivel de belleza artística lo lograron en la cerámica, sólo inferior en técnica y decoración a la de los griegos. Para ésta utilizaron como fondo el amarillo calabaza, el gris y el rojizo pálido, colores sobre los que se destacan los dibujos realizados en rojo vivo.

La cerámica íbera ofrece gran variedad de motivos y formas de acuerdo con el destino que se le dio: urnas funerarias ovoides, con tapa y pie; vasos grandes, cilindricos; ánforas, jarros que imitan las formas griegas, etcétera. Sus motivos ornamentales, geométricos al principio, fueron reemplazados después por guerreros y cazadores, hojas, frutos y aves con las alas desplegadas.

Los celtas, al entrar en contacto; en España con los íberos, originaron el llamado arte celtíbero, que fusionó elementos diversos cuyas manifestaciones más importantes se encuentran en Numancia, ciudad que se distinguió por la resistencia que opuso! a los romanos.

Frente a la arquitectura, que alcanzó allí gran desarrollo, la escultura y la pintura sufrieron un retroceso, y por ello nos ofrecen una decoración con figuras rígidas y esquemáticas, que recuerdan el arte primitivo de las cavernas o los dibujos infantiles.