En la república de Tlaxcala reorganiza Cortés sus efectivos


Al día siguiente se encaminaron a Tlaxcala, pero fueron sorprendidos en Otumba, donde se reanudó el combate; Cortés ordenó derribar al jefe de las fuerzas indígenas, intuyendo que su desaparición acarrearía el desconcierto de los guerreros. Hízose así, y todo ocurrió según lo previsto; los españoles salieron victoriosos pese a las desfavorables condiciones en que se planteara la lucha.

Bien recibido por sus aliados tlaxcaltecas, concibió allí Cortés el plan para conquistar a Tenochtitlán. Mandó construir una flotilla fluvial mediante el empleo de todo el hierro, velamen y clavazón de los navíos desmantelados frente a Vera Cruz, que fueron trasladados a Tlaxcala por los auxiliares indígenas.

Cortés había meditado aislar la ciudad, someter a las poblaciones que la circundaban y abastecían, e ir gradualmente estrechando el cerco sobre Tenochtitlán (México). Preveía el conquistador extremeño que una vez cortado el suministro de agua potable, que llegaba a la capital azteca por medio del acueducto de Chapultepec, la situación de los sitiados se tornaría desesperante; en ese momento se atacaría conjuntamente por las calzadas, con la caballería, infantes e indios, y por el lago con las unidades fluviales que se estaban construyendo.