Primera intervención norteamericana y la llamada enmienda Platt


Así terminó la etapa colonial en Cuba, y ésta alcanzó su independencia. El 24 de octubre de 1898, el gobierno revolucionario cubano celebró una Asamblea Magna en Santa Cruz del Sur, provincia de Camagüey, eligió presidente a Domingo Méndez Capote y decretó el licenciamiento del ejército cubano.

Por el Tratado de París, Estados Unidos tomó posesión transitoria de la isla, el l9 de enero de 1899. El primer gobernador estadounidense fue John R. Brooke, a quien sucedió Leonard Wood. Durante esta época recibieron gran impulso la educación, las obras públicas y los servicios de sanidad, los que dieron por resultado la erradicación de la fiebre amarilla, que había sido una enfermedad endémica en la isla durante siglos. Del 5 de noviembre de 1900 al 21 de febrero de 1901, los cubanos se reunieron en Convención Constituyente y aprobaron la Carta Magna de la nueva República. La Constitución estableció que: “El pueblo de Cuba se constituye en Estado independiente y soberano y adopta como forma de gobierno la republicana”. Estados Unidos impuso, como parte de la Constitución, la llamada Enmienda Platt, cláusula aceptada por Cuba, en la que se establecía que Estados Unidos se reservaba a su favor el derecho de intervención y ocupación militar del territorio de Cuba.

Se ejerció en Cuba por primera vez el derecho de sufragio y resultó elegido presidente Tomás Estrada Palma, que ya en la manigua había sido presidente de la República en armas. El 20 de mayo de 1902, día que se considera como el de la independencia, Estrada Palma tomó posesión de la primera magistratura de la Nación, y terminó la intervención norteamericana, que había durado tres años, Cuba experimentó entonces cuatro años de bonanza, pero al terminar el periodo presidencial de Estrada Palma, diversas circunstancias políticas, sociales y económicas condujeron nuevamente a la revolución. Se formaron dos partidos políticos: el Moderado, formado por los intelectuales de Cuba, al que pertenecía Estrada Palma, y que pugnaba por la reelección, y el Liberal, que se empeñaba en llevar a la presidencia al general José Miguel Gómez. Hubo fricciones, y las dos fuerzas antagonistas promovieron serios incidentes.

La riqueza sufrió quebrantos y los negocios mermaron. A tal extremo se exacerbaron las pasiones que Gómez optó por retirar su candidatura, y Estrada Palma fue reelegido en 1906. Los liberales apelaron a la revolución, y al surgir la nueva guerra civil contra el gobierno constituido, llamada “revolución de agosto”, la situación se agravó.