Biografia de Locke, John


(Wrington, Gran Bretaña, 1632-Oates, id., 1704) Filósofo inglés. Perteneciente a una familia protestante de tendencia puritana, cursó estudios primarios en Westminster y se trasladó a Oxford para seguir sus estudios superiores. Permaneció varios años en el colegio Christ Church como lector de retórica y griego, aunque sus intereses intelectuales iban encaminados hacia la filosofía, la medicina y las ciencias naturales. Finalmente, siguió la carrera de medicina, en la que se licenció en 1674, y estudió con detenimiento la filosofía cartesiana. En 1665 ingresó en el servicio diplomático y, en 1667, lord Ashley lo tomó a su servicio, pasando a ser uno de sus principales asesores cuando éste, en 1672, fue nombrado conde de Shaftesbury y lord canciller de Inglaterra; fue aceptado también como miembro de la recién creada Royal Society. Debido a problemas de salud y a su escasa simpatía por los Estuardo, entre 1675 y 1679 residió en Montpellier, donde entró en contacto con cartesianos y gassendistas. A su regreso a Inglaterra, continuó al servicio del conde de Shaftesbury, hasta que las intrigas de éste contra Jacobo II le llevaron, por temor a posibles represalias, a los Países Bajos, donde permaneció hasta el final de la revolución inglesa de 1688, momento en que regresó a Inglaterra, donde desempeñó, a partir de entonces y hasta el final de sus días, diversos cargos administrativos. Locke ha pasado a la historia de la filosofía como el gran teórico del empirismo. Su investigación epistemológica queda recogida en Ensayo sobre el conocimiento humano (1690), donde expuso su doctrina sobre el origen y la estructura del conocimiento. En contra del racionalismo cartesiano, afirmó que no existían ideas innatas, sino que la mente es como una página en blanco, sobre la que se imprimen las ideas a partir de la experiencia. Según su teoría del conocimiento, existen dos tipos de ideas: las de sensación, provenientes de los sentidos, y las de reflexión, proporcionadas por la experiencia interna. Ambos tipos de idea son de carácter simple, y de su combinación surgen las ideas complejas, que son siempre reducibles a aquéllas. Defensor de un realismo representacionalista, según Locke no hay modo de verificar la correspondencia efectiva de la representación subjetiva con la realidad objetiva, aunque toda idea proceda, en último término, del contacto con esa realidad exterior. En Carta sobre la tolerancia (1689), confirió a la idea de Dios el estatuto de verdad revelada o intuida, y elaboró una explicación sobre el origen de la religión, según la cual todas las religiones se equipararían en un sustrato común, una especie de religión natural, sobre cuya base se elaborarían las distintas ideas de religión de la humanidad, siempre asumidas de forma libre, sin ningún tipo de coacción. La misma libertad presidía, según Locke, la soberanía política, que residía en último término en los individuos. Así lo expresó en el llamado Ensayo sobre el gobierno civil (1690), su segundo tratado sobre el gobierno, en el que expuso su teoría contractualista y afirmó la existencia de derechos naturales del hombre que el Estado es el encargado de garantizar, estando justificada la revuelta en caso contrario; a diferencia de Rousseau y otros contractualistas, incluyó entre estos derechos el de la propiedad, considerando que la apropiación queda legitimada por el trabajo. Sus tesis políticas se convertirían en el principal sustrato teórico del liberalismo, al tiempo que su elaboración de la doctrina empirista, que más tarde radicalizó David Hume, ha ejercido una gran influencia en el pensamiento occidental, sobre todo en el ámbito anglosajón.

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