ACOMODACIÓN

MODIFICACIONES DE LA SUPERFICIE DEL CRISTALINO EN LA ACOMODACIÓN

Langenbeck (de Hanover) pudo comprobar el primero, en 1849, las modificaciones que experimentan las superficies del cristalino durante la acomodación. Observando durante esta función las célebres imágenes de Purkinje (debidas a la reflexión en la córnea en la cara anterior y en la cara posterior del cristalino) anunció una serie de fenómenos, comprobados después y medidos con exactitud pasmosa por Cramer en Harlem (1853) y por Helmholtz en Gcettinga poco tiempo después. Por medio del oftalmómetro, Helmholtz no sólo ha observado los cambios de posición y de magnitud de las imágenes Purkinje sino que las ha medido con aproximación de un centésimo de milímetro.

De estos estudios resulta que la imagen de reflexión en la córnea no experimenta ninguna alteración, ni de tamaño ni de posición, que la imagen correspondiente a la superficie anterior del cristalino, segunda imagen recta, se hace más pequeña, más distinta en sus bordes, más luminosa y se aproxima a la imagen de la córnea; lo que demuestra más la superficie anterior de la lente se hace mas convexa y avanza hacia la cámara anterior; y que la tercera imagen (la invertida, reflejada por la superficie posterior del cristalino) experimenta una ligera disminución de su diámetro sin cambiar la distancia con respecto a la imagen de la córnea; lo que indica que la superficie posterior de la lente se hace algo más curva, pero sin experimentar cambio de posición; al mismo tiempo la pupila se estrecha, su borde avanza sobre la cámara posterior, mientras que el periférico del iris parece al contrario hacerse mas posterior. No variando el volumen de la lente, el aumento de su diámetro artero-posterior supone una disminución de su diámetro trasversal. De esta suerte la lente durante la acomodación se aproxima más a la forma esférica.